domingo, 17 de junio de 2007

El cuento de la margarita solitaria


Margarita era una flor que vivía sola en medio de una verde pradera... verde, verde, verde... preciosa, pero sin flores. Por eso, Pétalo se sentía muy sola. Estaba sola bajo el sol abrasador del verano, que quemaba sus pétalos y los arrugaba. EStaba sola en invierno, pasando frío sin ninguna flor que le hiciese compañía y le calentara las hojitas... estaba sola hasta en otoño. Un día de primavera se puso tan triste que se echó a llorar. Entonces sus lágrimas se convirtieron en pequeñas semillas que, a la semana, florecieron y se convirtieron en lindas florecillas.

Desde entonces ya no tiene pesadillas en las que un enamorado le deshoja y descubre que no le quieren... ahora Margarita está siempre rodeada de sus amigas, que también se llaman Margaritas, como ella.

Por eso, si sientes que nadie te quiere, siempre puedes coger una margarita y descubrirlo por ti mismo. Quizás descubres que alguien, en algún lugar del mundo, te quiere. Y si el último de sus pétalos dice que no, coge otra Margarita y abre bien los ojos, porque las margaritas son muy sabias, y saben que alguien puede estar esperando a que aparezca su amor al otro lado de la pradera.

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