jueves, 27 de agosto de 2009

próximo destino: el Retiro


Me siento estrellada.
Dolida con el mundo, aislada en mi habitación.
Agobiada por todos los que me rodean.
Me siento incomprendida, rabiosa.
Me odio a mí y os odio a todos los demás.
Me falta una luz que alumbraba mi vida.
Así que me voy. No puedo estar tan cerca y verlo todo desde lejos.
O no verlo.
Así no hay quien aguante el parecer contenta a todas horas.

jueves, 20 de agosto de 2009

Una noche loca

La noche empezaba a caer y supe que ibas a venir.
Pinté mis ojos, peiné mi pelo, vestí mis mejores galas,
Me preparé para una de las mejores noches de mi vida.
Y la luna no me defraudó.

La gente abarrotaba la calle, pero te vi allí al final.
Sé que miraste porque yo te estaba mirando.
Hablé con unos y otros, mientras ocupabas mi cabeza
Y finalmente no pude evitarlo y me equivoqué.

Te quisiste hacer el interesante y me enfadé con el mundo.
Me emborracharon tus ojos,
El vino tinto en abundancia alegró mi viaje.
Y al final del camino, ahí estabas tú.



Rodeando mi cuerpo al son de la música,
Acoplándote a mis latidos desenfrenados.
Ya no había marcha atrás, ya no había negaciones.
No iba a quererte más, me lo prometí y me lo prometo.

¡No te quiero, no te quiero, no te quiero!
¿Porque no funcionó? Ah, no era verdad.
Fue una noche loca, la última de tantas.
Me dejó una resaca horrible y una sonrisa torcida.

Una despedida forzada.
Mariposas y un Arco Iris en el estómago.
La lengua con sabor a Ron
y una de las mejores noches para el recuerdo.

lunes, 17 de agosto de 2009

... felicidades ...

Nos encontramos una extraña noche de otoño.
No le busqué, o sí, quién sabe.
El caso es que cierto día me enamoré.
Sin motivo aparente, así porque sí.

Me regaló estrellas de mar,
momentos especiales, respiraciones profundas, confusión mental,
me regaló abrazos fuertes, besos largos, risas alegres.

Me ofreció todo sin condiciones ni contratos.
Y hoy, que se hace un año más viejo, se lo agradezco.

sábado, 8 de agosto de 2009

Enamoramiento visceral

Cuando las nubes no me nublan las ideas
Cuando subo y bajo como en una montaña rusa pero sin raíles
Cuando la monotonía se escapa sola
Cuando voy y vengo y no paro ni un solo minuto
Cuando hace calor y tengo los pies fríos
Cuando muero y resucito en un instante.

Es entonces cuando se me emboban las vísceras,
me vuelvo una sonrisa permanente
y hasta los momentos aburridos parecen buenos.