sábado, 31 de enero de 2009

Vidas minadas, vidas mutiladas


 
Míralo bien, no intentes esconder la mirada. Es un tema que ya no está de moda y que hace tiempo que dejó de aparecer en los informativos de las tres de la tarde. Pero está ahí, y cada año sigue matando y mutilando a miles de personas en todo el mundo. Muchos son niños. 



Mïra estas fotografías porque es un problema que sigue existiendo. Por un trabajo así le han dado el Premio Rey de España al fotógrafo español Gervasio Sánchez. Recuerdo que vi esta foto un domingo como otro cualquiera. Y me impresionó, como a toda persona que tenga ojos para ver y corazón para sentir. Ahora muchos periódicos alaban el trabajo fotográfico y el proyecto. Se olvidan de decir que cada año hay entre 15.000 y 20.000 explosiones de este tipo, pero es que la audiencia se ve más atraída por el "todos somos Palestina". Quizás haya que esperar otros diez para que el tema vuelva a escucharse. Pero yo aquí dejo mi granito de arena. 

jueves, 29 de enero de 2009

Enamorada anónima



Yo no quiero un amor civilizado
con recibos y escena y en el sofá.
Yo no quiero que bajes al basado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.

Yo no quiero calor de invernadero.
Yo no quiero besar tu cicatriz.
Yo no quiero Paris con aguacero
ni Venezia sin ti.

sábado, 17 de enero de 2009

Diez razones

Un beso de bienvenida. Dos manos rodean mi cintura. Tres días para nosotros. Cuatro pies fríos queriendo buscar abrigo. Por delante aún cinco exámenes. Seis semanas sin verte, con sus siete días incluídos. Que sean las ocho de la mañana y no te hayas ido. Un paseo por los jardines de Sabatini antes de que cierren a las nueve. Diez dedos buscándome las cosquillas y encontrándolas.
Ahora enséñame a contar hasta cien.

jueves, 15 de enero de 2009

El día que yo nací (III)

Mientras, en el hospital, Consuelo preguntaba en vano si era niña o niño y si estaba bien. Nadie le hacía caso, hasta que alguien por fin le dijo: 

- ¿Qué tienes? 

- Un niño. 

- Pues bien, ahora ha sido una niña y de momento bien. 

Consuelo se quedó intranquila. ¿Por qué de momento?. Fue tan rápido que se quedó como un poco rara, porque cuando Carlos había ido más lento. Mientras limpiaban a la recién nacida y le hacían los primeros reconocimientos pusieron anestesia a Consuelo y le cosieron. Aunque le habían tapado, empezó a temblar y tenía mucho frío. 

Luego llevaron a madre e hija a una sala antes de ir a la habitación. Habían colocado a la niña boca abajo en la cuna y, como no paraba de rezongar, se rozó toda la cara con la sábana. Un pañuelo de uno de los abuelos sobre la sábana solucionaría el inconveniente por la tarde. En esa sala, había una ventana y los familiares, desde el otro lado del cristal, podían comunicarse mediante un telefonillo, pero no se oía nada porque Marta no callaba. 

En la sala contigua, Quica, la abuela, y Ricardo, el padre, coincidieron con una familia que acababa de perder al niño que esperaban. Al igual que Ricardo, Quica pronto pudo oír el llanto de Marta, la única nieta que hasta la actualidad ha tenido. 

jueves, 8 de enero de 2009

Me marcho. Adiós, pueblo.
Esta vez los días se me han hecho semanas y la vagueza se ha apoderado de mí.

Ahí te dejo unos cuantos papeles y la mesa de estudio vacía.
Me llevo una maleta, llena llenísima. Toda gorda.

Entre la ropa, los libros y el portátil, me llevo una estrella de mar para que me haga compañía y me guarde su olor.

Y una promesa.

Después de todo, empezar a estudiar no parece un plan tan malo.