domingo, 2 de diciembre de 2012

Ellos y ellas: Mis estudiantes

Hoy leyendo esta noticia en "El País" me he acordado de una conversación que tuve con alguien hace unos días sobre los estudiantes de EF con los que trabajaba. Hablábamos de que los estudiantes chinos y de Europa del Este venían, casi todos, con iphone y ipad. Casi sin excepción. En España EF es bastante popular, por lo que no pensaba que el nivel económico de las familias que envían a sus hijos a aprender inglés en verano fuera tan alto. En efecto, españoles había muy pocos. Se ve que sí sale caro mandar a tus hijos tres semanas a Cambridge. 

Sin embargo, hay un grupo de estudiantes que sí pasan todo o casi todo el verano en Inglaterra. Estos estudiantes vienen a Cambridge en junio sin mucha idea de inglés huyendo del calor y sin preocuparse por el dinero que sus padres tengan que pagar. Me refiero a estudiantes de Emiratos Árabes Unidos, Qatar o Arabia Saudí, entre otros. 

Desde que empecé a trabajar me llamaron la atención estos estudiantes. Siempre juntos, hablando más árabe que inglés. Muy atentos en clase, muy disciplinados, decían las profesoras de inglés. Pero difíciles de manejar en sus ratos libres, que es cuando yo tenía que lidiar con ellos. El primer día uno  de los chicos me dijo "eso podría comprarlo yo", después de enseñarle el Corpus clock de oro, que costó un millón de libras . El resto de los días tenían por costumbre desaparecer en medio de una actividad si no les interesaba: daba igual si tú estabas en un museo o en un zoológico en otra ciudad. Además, eran los únicos menores de edad autorizados a viajar solos a Londres. Una llamada de sus padres a mis jefes autorizaba todo el proceso. Y listo. 

Hasta hace unos días no me di cuenta de que este grupo internacional de estudiantes árabes estaba únicamente formado por hombres. Ni una mujer. No resulta sorprendente, ¿Verdad? Pues yo no me había parado a pensar que no había mujeres árabes entre mis estudiantes hasta hace unos días. De hecho, cuando me contaban de su vida nunca les oí hablar de ninguna hermana, aunque varios me comentaron que tenían hermanos estudiando en EE.UU. o Inglaterra. ¿Casualidad? No lo creo. 

Uno de los niños árabes estaba loquito por una niña israelí. En el grupo israelí las mujeres eran mayoría aplastante. La chica estaba extrañada de que el árabe se pasara el día haciéndole fotos con su cámara réflex.  Supongo que no había visto nunca a una niña morena con ojos azules. Cuando ella me explicó su extrañeza yo le dije "es que tienes unos ojos muy bonitos" y se quedó sonrojada. Ese día ya no dio guerra. Pero en los 15 días que estuvo el grupo israelí en Cambridge aprendí que eran tan difíciles de manejar como el grupo de niños árabes. Chicos árabes y chicas israelíes: los dos grupos con los que agotaba mi paciencia.