jueves, 29 de septiembre de 2011

Buscar trabajo cansa

Desde mi vuelta a España he estado haciendo lo mismo que cuatro millones de españoles: buscar trabajo. Y he de decir que, hasta el momento, sin resultado. Está chungo lo del periodismo. ¿Quién habló de futuro laboral negro? Es presente negro. Así que, después de hacer y rehacer currículums y cartas de motivación, en inglés y español, rellenar decenas de formularios por internet y ver ofertas... y más ofertas... y más... hace poco me compré un vuelo. Me marcho otra vez, sí. 

Hace unos meses me uní a un grupo de Facebook que decía: "En España, cuando se termina la Universidad hay tres salidas: por tierra, por mar y por aire". Yo escojo el aire. El 18 de octubre embarco hacia Inglaterra, destino Cambridge. Será solo por dos meses y para estudiar cuatro o cinco horas al día inglés a saco. Examinarme del First y mejorar inglés. 

Y después... Navidades. El resto de mi futuro os lo desvelaré en año nuevo. O en Nochevieja, si se me sube el cava. 

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Un colegio para olvidadizos

El pasado jueves fui a comer a un restaurante con mi abuelo y sus compañeros de clase. Los familiares nos reuníamos porque hoy es el día de la lucha contra el Alzheimer. Mi abuelo no tiene esta enfermedad, pero igualmente le beneficia ir todas las mañanas al centro de día donde hacen actividades. Unos días musicoterapia, otros escritura, cuentas o simplemente charlar. Él está entretenido y de mejor humor y mi abuela descansa un poco de estar pendiente todo el día de otra persona. 


Hace un rato decían en la radio que hoy es el día para acordarse de los enfermos y de sus cuidadores. Porque, en algunas fases de la enfermedad, la persona no se acuerda de qué comió el día antes, pero tiene una memoria exquisita de sus días de niñez. Uno de los compañeros de mi abuelo se pasa el día jugando y cantando, otro tira de la falda a las mujeres como si fuera el patio del recreo y otra se ha vuelto coqueta desde que empezaron los primeros síntomas.

Los ves juntos en clase y te das cuenta de que se han vuelto niños. La diferencia, además de la edad, es que los niños aprenden y ellos olvidan. Poco a poco. Lentamente y, a veces, de repente. Es una enfermedad degenerativa y, como todas, va machacando a quienes les rodean. Por eso hoy me quiero acordar de los cuidadores. De quienes levantan, asean, visten y llevan a los talleres a los enfermos de Alzheimer. De quienes se preocupan por buscar fondos e instalaciones donde poder trabajar con ellos. De quienes tienen que ser fuertes para poder cuidar a niños de 70 años.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Vuelta a la realidad

De vuelta a Toro, al mundo real, todo parece igual, pero ha cambiado. Parece mentira que dos meses pasen tan rápido y ocurran tantas cosas. O que, ahora, ponga la televisión y no sepa en qué canal emiten los programas que ya estaban en junio. ¿Qué le ha pasado a la tele, que está todo revuelto? 

También cambia el grupo de amigos y, por eso, en dos meses la defensora a ultranza de la independencia de la mujer actúe como una casada. Y al revés: la casada se pasa a soltera y vuelve con fuerza. Me voy dos meses y los que se quedan siguen su vida. Y en esa vida yo no tenía espacio. Era una vida seguida por Facebook. 

Cambia todo y cambio yo. Me han cambiado, espero que a mejor. Me cuesta explicarlo, porque aún está por digerir. Desde que llegué todo parece un poco loco; me sigo parando por la calle a saludar a gente, a ratos me siento ausente, por momentos me vuelvo triste, sonrío cuando miro las fotografías... pero por mucho que lo intente es difícil expresar con palabras todo el cariño que me han dado este tiempo. 

Puedo decir que no quería volverme a España y que me digan que me entienden, pero no sé cómo explicar qué se siente al estar en mi lugar. Quizás por eso este es un momento de transición, de búsqueda de empleo  (sin suerte por el momento) y de echar becas... o sino a estudiar inglés. Eso es lo que le cuento a quienes me encuentro por la calle. Mientras, en Perú Deisy me dice que me echan de menos y me quieren mucho. Y no os podéis imaginar lo que las extraño yo. Todo lo que tengo que agradecer. La vuelta al mundo real se hace difícil.