domingo, 22 de enero de 2012

La niña se hace niñera

Debería estudiar, pero mi mente pasa olímpicamente del estatuto de los Secretarios Judiciales y prefiere irse a otra cosa. Concretamente, a buscar trabajo en Cambridge. Y es que encontrar una familia que me quiera allí como Au pair no es tan fácil como parece cuando entras en Easyaupair o Aupairworld y ves mogollón de familias. Todas felices.

Cuando te pones a ello descubres que esas familias tienden a vivir en pueblos alejados de la mano de Dios. ¿Y quién se atreve a conducir por la izquierda? Me asusta llegar a una rotonda y tirar en sentido contrario (o, claro está, en sentido normal). Y resulta que estas familias no viven cerca de Cambridge, sino a la otra punta de Inglaterra.

¿Y por qué me escriben a mí si en mi perfil digo que busco trabajo en Cambridge? Muy sencillo: porque no distinguen entre importante y trivial. Importante es decir la ciudad donde viven, las horas que tengo trabajar y los pounds que me darán por ello. ¡Ay, ilusos! Os equivocáis por completo.

Para las familys made in England lo más importante es explicarme cuán fabulosa su family es. Cuán guapos y simpáticos son sus hijos. Cuán bonita es su casa perdida en el medio de praderas. Pero ni rastro de lo que vosotros (y yo) consideramos importante. ¡Si una señora decía hasta el nombre de sus mascotas: 2 perros, una tortuga y un conejo! Ah, vale, si tienes un conejo llamado Timy, os escojo como familia.

Así que ahora mis rezos y pensamientos los oriento a que una familia de Cambridge con un poco de sensatez escriba un anuncio o responda a los míos. Y, entre plegarias e ideas, he hecho de Gumtree una prolongación de mi dedo índice. Así es como una niña se hace niñera... o eso espero.

jueves, 19 de enero de 2012

¡Qué bueno, qué bueno!

Relax. Protección. Amor. Paz.
Todo eso cuando apoyo mi cabeza sobre tu brazo. 
Mire a donde mire, ya soy feliz. 
¡Qué fácil es complicarse la vida queriéndote!

sábado, 7 de enero de 2012

Last year; New life

El 2011 se va y me deja un sabor dulce-amargo. Este año lo he vivido en cinco partes y cuatro ciudades (Madrid-Perú-Toro-Cambridge), con altibajos emocionales y semanas de estrés límite, salpicados con momentos de extrema relajación. 

Este año ha sido un año de aprender. Aprendí cómo enseñar a los demás. Aprendí que me cuesta quedarme quieta. Me costó darme cuenta de que no podía quedarme en Madrid, pero ahora lo sé. Aprendí a mirar más allá de lo aparente, a no dejarme llevar por la fachada. Aprendí que a veces hay que sufrir y otras, simplemente, dejarse querer. Y lo que me queda de aprender... 

Del 2011 salgo con muchos más amigos. Queriendo y sintiéndome querida. Con más ilusión de la que tenía cuando el año empezaba. Con miedo en el cuerpo, con incertidumbre, pero con el convencimiento de que es lo que tengo que hacer. El tiempo dirá si somos felices o nos tiramos los trastos a la cabeza. 

Mientras espero mi regalo de Reyes, os deseo y me deseo un feliz año nuevo. 

 
Cambridge no tiene playa, pero te tiene a ti 
Cierro los ojos, llévame