miércoles, 6 de enero de 2010

La pena viaja en cadena

Cuando ya pensaba que me estaba volviendo insensible con lo que me rodea, pasó algo que hizo que cambiase la percepción que tengo de mí misma. Una lágrima cayó por mi mejilla y me di cuenta de lo importantes que resultan algunas personas. Miré a mi hermano y vi en sus ojos vidriosos que también le daba pena.

Lo peor, cuando alguien se va, son los que quedan.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me han gustado tus últimas entradas,,,yo tampoco se porque estoy tan triste,,,por una chica jaj,,,pero bueno. De hecho, todo pasó antes de volver a mi ciudad en navidad, y hoy he vuelto a madrid,,y valla dolor de tripa al recordar los buenos momentos... ¿por qué me enamoré de ella?
un beso!

Víctor L. Gómez dijo...

Quizás cuando mas insensibles nos queremos volver es cuando mas sensibles estamos en nuestro interior. Espero que lo que haya ocurrido lo lleves lo mejor posible y siga todo bien.

Un besito cielo!

Contradictorio dijo...

Ya lo dijo Ismael Serrano, las despedidas están llenas de mentiras. A veces nos hacemos los duros, pero lo que en realidad queremos es que si te vas no sea ni muy lejos ni por mucho tiempo