No lloras ni estás triste, pero tampoco te ríes a carcajada limpia.
No destaca el brillo de tus ojos, sino la profundidad de tus ojeras.
Haces como que nada ocurre:
si no quiero que me afecte, no me afecta.
Pero se nota.
Lo notan.
Y es que, a veces, sonríes y no pasa nada.
1 comentario:
Cuando se sonrie a medias, el buen observador se da cuenta.
Besos y sonrie con plenitud!
Publicar un comentario