viernes, 28 de septiembre de 2007

De Toro a Lecce y tiro porque me toca


Esto que se ve arriba es la Piaza Duomo, en pleno centro de Lecce. Me pilla a 5 minuto de casa, asi que puedo acercarme cuado quiera y babear un poco delante de tanto barroco. Tambien puedo ir a la Santa Croce, otra iglesia barroca que esta a menos de dos calles de la Casa del Cura, que es como todos los Erasmus fiesteros llaman a mi casita. No es que recemos el rosario ni nada parecido, aunque esta manana se oia el Ave Maria... Su nombre viene de la habitacion de invitados... que es muy chiquita y ademas tiene una cruz en la pared. Asi q era el confesionario, la habitacion del cura. Y al final, pues paso a ser la casa del cura... la que elegimos por encima de la del minibanio y la de las palomas en el tejado.

Por aqui las cosas son muy diferentes. No se si como esperaba o no, porque no me habia hecho una idea prefijada de como iba a ser vivir en un pais diferente. Aun no han empezado las clases, asi q mi mayor preocupacion es hacer la comida para mis dos companeros de piso. El granaino con el que te partes el culo, un tio genial, y el vallisoletano al que nunca pense que llegaria a tratar. Creo que nadie lo pensaba.... sobre todo despues de el blog que me saque de la manga jejeje

El caso es que no echo de menos a la gente tanto como pensaba y aqui, de fiesta en fiesta, voy conociendo a mucha gente y algunos son muy majos. Hoy mismo se ha ido de vuelta a Mostoles Angel, el amigo de nuestra atleta erasmus Ana, que es ahora mismo el hombre mas rapido de Espana, aunque tiene la segunda mejor marca en 100 metros... ya ves, que cosas... como Guille, que era el segundo que mas corria de su instituto.

Me despido desde el ciber de Porta Napoli... que dentro de una hora hay que comer y no hemos comprado pan. Y tengo que pensar que hacer de comida... parezco mi madre. Alex dice que el mes que viene me quejare 'porque no me sacais nunca de casa'. Yo lo dudo... de momento no me he quedado ningun dia sin fiesta.

Un trenecito con guiris pasa por la puerta del ciber... un dia tengo que coger ese tren y hacer turismo. Despues de todo no dejo de ser una turista pero a largo plazo.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Cuando yo era pequeña y no me llamaban Martita

Una tiza blanca era antes un gran regalo. Servía para pintar en el suelo, en las paredes, o machacarla con un canto bien gordote para hacer un polvo blanco que nosotros, desde nuestra mente infantil, interpretábamos como azúcar blanquilla y utilizábamos para espolvorear alguno de nuestros apetitosos almuerzos.

Estaban las jugosas hamburguesas de tierra, hechas a base de arena de la zona del tobogán grande y restos del agua de la fuente que siempre estuvo estropeada. También los platanitos verdes que crecían en la zona de las escaleras, junto a la verja por la que se vislumbra la Fundación. Y también estaban los panecillos de esas flores moradas junto a la portería metálica y lo que nosotros decíamos que eran zanahorias, cuando eran una especie de ortigas. Los platanitos eran de un tamaño minúsculo en comparación con las hamburguesas, pero por aquel entonces no entendíamos muy bien qué era eso de la proporción.

Ahora en el patio de mi colegio ya no hay tobogán grande del que caerte y hacerte una buena brecha o romperte un cristal de las gafas, ni un tobogán pequeño pero matón, en el que podías perder la respiración momentáneamente. Los niños de ahora no llegarán a casa con las piernas amoratadas por jugar a los toros "pataditas" a escondidas de los profesores o tendrán una reacción alérgica generalizada por arrancar masivamente esas curiosas zanahorias y se calmarán de los picores con los estuches de lata del todo a 100 que ahora es un chino.

La semana pasada le decía a mi primo Diego que tienen muy bonito mi colegio con dibujos en las paredes y él, con sus 7 años recién cumplidos, me decía que era su cole, no el mío. Lo cierto es que el Magdalena de Ulloa siempre será mi colegio, ése en el que nos metíamos con las niñas pijas del Amor de Dios y los macarras del Canto. El mismo al que fue mi hermano y yo me empeñé en ir cuando sólo tenía tres años. En el que hice amigas que aún conservo y otras que, sin más, formaron parte de mi infancia.

martes, 4 de septiembre de 2007

Meterlo o no en la maleta, ésa es la cuestión

¿Qué meter en mi maleta?
Lo pienso, lo repienso y me canso de pensarlo. Y cada vez me doy cuenta de que me dejo más cosas de las que me llevo. Una maleta con 20 kilos entre la ropa, el secador, una libreta, 4 bolis... en un espacio tan reducido no me caben tantas cosas.

Me llevaría cientos de fotografías... algunas de este verano, otras del otoño... el invierno fue malo, mejor olvidarlo. Y de otros años... pero una fotografía no recoge la esencia de todos mis recuerdos... me llevo mi portátil para no olvidar ninguna cara, aunque mi cabeza es posible que olvide algunas. Espero olvidar malos sentimientos. Odios viscerales y rencores no olvidados teñidos con el nada recomendable tono del rojo pasión. Al final va a ser verdad que del amor al odio hay sólo un paso... no sé... quizás en 9 meses podré adivinarlo (y no es por ningún embarazo, dejo aquí constancia).

Y vuelvo al tema que me compete: mi maleta, que espero no tenga que adjuntar los apuntes de economía y de historia. Mi flauta travesera no puede faltar... casi cien días sin tocarla, comprobar lo que he perdido... serían demasiado. La música amansa a las fieras, cabrea a los vecinos y relaja la mente. Y, en caso de necesidad, proporciona dinero si te pones a pedir... a no ser que seas punky y lleves un perro y rastas rositas (eh, Au... jeje).

Pero en mi maleta verde manzana no caben las personas. Así que tengo 15 días para decir adiós a todos los que significan algo en mi vida. Hasta luego a los que han prometido ir a verme (espero que alguien cumple su promesa y me alegre el día) y dar la bienvenida a lo que me espera.

Me asusta, no lo niego... no sé si ponerme nerviosa por los exámenes, como todo el mundo, o estarlo porque dentro de 16 días a esta hora estaré en Roma cogiendo el avión hacia Brindisi. En fin... el sábado 15 espero tener a mi gente a mi lado para poder bailar "Morena mía"... y hasta la Feria de Abril de Nochevieja.