viernes, 4 de enero de 2008

La evolución del mundo (o de cómo se ganan y pierden amigos)

La noche del nuevo año comenzó dándome directamente en los dientes. Es curioso que justo ahora, cuando más cerca estoy de mi familia y amigos, cuando más tiempo paso junto a ellos, me doy cuenta de las personas que me ayudan y las que están ahí por el mero hecho de estar. Y me explico.

El año pasado trabajaba todos y cada uno de los fines de semana del año, sin muchas excepciones (mi operación de la muela del juicio y alguna mala fecha de exámenes). Por esta razón, y no por otra, el viernes hacía deprisa y corriendo la maleta y salía pitada para Toro. Si había poco trabajo pero bastantes noticias intentaba cuadrar un poco las cosas para irme de fiesta a Zamora y aprovechar lo máximo la noche. Al principio era por amor, luego sólo por placer -el placer de la fiesta, no vayamos a entender mal-. Luego, a la vuelta a casa, además de currar lo que faltase hasta completar las dos paginitas de las narices y lloriquear para que me pusieran más publicidad y tener que escribir menos, quedaba con mi amiga de Toro, la única de nosotras que seguía viviendo aquí, para tomar algo, hablar de las cosas buenas y de las malas. Criticar y echarnos unas risas.

Si el finde no cuadraba o el plan zamorano no convencía pues quedaba con mi amiga. Cenábamos cualquier cosa y salíamos a prepararla por los bares. Estábamos casi siempre solas, mano a mano, pero no importaba, porque nos teníamos la una a la otra y la verdad es que lo pasábamos genial.

Pero ocurrió algo extraño. Mi amiga se enamoró de un "chico malo". Un malote, con antecedentes. Culpable de haber roto el corazón a otra de mis amigas, y eso que la chica juega al rugby y está hecha de acero. Ese tipo no me gusta y así se lo dejé ver. Ella no me escuchó, tampoco sé si yo lo habría hecho en su lugar y, desde luego, no le culpo por ello. Pero el tiempo ha ido pasando y ya cuento seis meses y me quedo corta. Y a medida que el amor entre los dos crece, se va llevando lo que queda de mi amiga.

Ella ya no es una más de nosotras, no es una "nena mormosa". Cuando estoy triste no me consuela, ni yo la consuelo a ella, porque cuando hablamos es sólo para echarnos cosas en cara. Cuando estoy feliz no sirve de nada contárselo, porque sé que ella vivirá en su profundo amargamiento y sólo su "perro" (es decir, novio), le podrá sacar de ahí. Cuando estoy lejos dice que me echa de menos tanto como yo la extraño cada día, allí y aquí, pero ahora que llevo dos semanas a 10 minutos de su casa no puede llamarme.

No puede bailarme "morena mía" como si fuera una más, la de siempre, la de antes. No puede contarme que las cosas no le van tan bien como le gustaría pero que, pese a todo, es feliz. O no lo es, no lo sé. Porque ahora me ve y se le ha olvidado ser mi amiga.


NO SE ME ACABA EL MUNDO. LA GENTE VA Y VIENE. IGUAL QUE SE PIERDEN AMIGOS SE GANAN NUEVOS... AUNQUE SEA VÍA BLOG. Y EN ITALIA TAMBIÉN HAY AMIGOS, SE PREGUNTARÁ LA GENTE... PUES NO. EN ITALIA NO TENGO AMIGOS, TENGO A MI FAMILIA ERASMUS. PORQUE A FALTA DE FAMILIA, TUS AMIGOS SON TU GENTE. TU HERMANO, TU PRIMO, TU MADRE... TÚ MISMO.

3 comentarios:

Víctor L. Gómez dijo...

Un lujo el poder desayunar contigo ( plato con galletas y café delante del ordenador). Los amigos son nuestro mayor tesoro y quizás nuestra mayor fuente de disgustos.

Acuérdate de Machado ( y cantado por Serrat): Todo pasa y todo queda...

Animo y duro con la vida que es mi puta...

Un beso, Víctor.

Ana Pedrero dijo...

Ay, estrellita mía. Sólo estás empezando. El tiempo te enseñará que la vida es como un mar cuando rompe en la orilla, siempre dejando cosas en la arena, siempre llevándose otras.
Yo también echo de menos a amigas que cuando estaba lejos me llamaban y que ahora, a tiro de piedra, hacen que me sienta más lejos que nunca. Qué más da si se van por un malote que no te guste, por soberbia, por desidia o por egoísmo. Esas ausencias duelen igual.

Y sí, guapa. El milagro de internet es que puedes estar con quien quieras donde quieras. Y que puedes encontrar nuevas sonrisas vía blog o donde menos te lo esperes. Aquí tienes una. Y aunque ha quedado pendiente nuestro vinito, para otra vez será....

¡¡Buen viaje, guapísima!!

Unknown dijo...

Leerlo emociona...

Demasiadas verdades juntas.

La verdad es que escuece, porque las 2 estábamos muy unidas a ella, aunque de diferente manera.

La verdad es que a veces me pregunto como se pueden complicar tanto las cosas: