lunes, 7 de enero de 2008

Vuelvo a encontrarme con una maleta vacía que debo llenar, rellenar... coger todos los bártulos y de vuelta a mi otra casa. Un viaje de 14 horas de vuelta a las italias, donde me espera Guille, que llega antes, y poca gente más. Una semana que aprovecharé para ir de compras (comprar comida, que no dejamos nada, e ir de rebajas), pero en la que también habrá que empezar a ponerse en serio a "estudiar" (véase leer los libros, que no es mucho pero lleva su tiempo).

Mi maleta esta vez se lleva menos cosas. Chorizos que no falten, algo más de ropa, quizás un abrigo, una toalla más, medias de colores, algún libro no leído, mi flauta travesera y más partituras, a ver si me animo. Y también me llevo tu sonrisa (como en la canción), y me llevo un montón de abrazos y de besos y de bonitas palabras que en estos días me han regalado. Las cosas malas me las dejo, esta vez sí, que ocupan mucho espacio.
Se me hace raro volver. No tengo ganas, pero me apetece. No quiero separame de la gente de aquí, aunque tengo muchas ganas de encontrarme con mi familia erasmus. Me da pereza, no sé si me explico... Pero ayer fue día de despedidas, y las que me quedan aún. Espero no llorar con mi abuelo, aunque ya empiezo a notar esa vena sensible que me hace soltar la lagrimilla. Aurora ayer me decía "son sólo dos meses... y me parece hasta poco". Y Raquel Ojú, mi niña de Baeza, decía después de leer el post anterior que con los exámenes tendría menos tiempo para echar de menos. Todo se verá y yo seguiré informando por aquí. Y ahora sí me voy a hacer la maleta.

1 comentario:

Víctor L. Gómez dijo...

Espero que hayas tenido un buen viaje y que este –corto-trimestre se te haga llevadero. Y tambien espero que al deshacer la maleta no hayan aflorado recuerdos nostálgicos.

Libertad, Amiga, Libertad.