viernes, 20 de marzo de 2009

El día que yo nací (IV)

Llegó la hora de la comida y llevaron a Consuelo y Marta a planta. Por la huelga sanitaria no se habían dado apenas altas médicas y en el cuarto había dos camas más. La cama la atravesaron a los pies, donde había sitio y a Marta le pusieron en una cuna de los niños que nacen por cesárea, que son más altas que los nidos normales, porque el otro tipo de cunas unidas a la cabecera de la cama estaban ocupadas.

Por la tarde fueron a verles las abuelas y los abuelos, que dejaron de ir al concierto del coro de la Universidad de Salamanca, que actuaba en la Colegiata, para ir a Zamora a conocer a su nueva (y única) nieta. Pedro y Javi, los tíos, eran pequeños para ir a hospitales, pues sólo tenían 11 y 12 años respectivamente. Su hermana Paqui, la futura madrina de Marta, que ya había finalizado la carrera de psicología, estaba con unas amigas en Valladolid y llamó al teléfono más próximo a la casa de su madre, el de Manuela, la vecina de enfrente. Ana, la única hermana de Ricardo, se cogió un autobús desde Salamanca, donde estudiaba, para conocer a su sobrina.

El hermano de Marta, Carlos, con sólo cinco años convenció a sus padres para que su hermana se llamase como la prima de su amigo del colegio, Leandro Marcos, que ahora es torero. A diferencia de Carlos, que nació dormido y continuó explotando su tendencia al sueño durante años, Marta por las noches se despertaba varias veces, pero no daba mucha guerra.

3 comentarios:

javixu dijo...

Y pronto cumplirá algunas primaveras...

Anónimo dijo...

aisss y esa marta es mi prima!

Arkantis dijo...

Me has hecho recordar en mi nacimiento...que fue movidito..

Un besazo luchadora de dragones.. ;-)