jueves, 16 de septiembre de 2010

El Bodorrio (III)

Dicen que después de la tormenta viene la calma. En mi hogar familiar, el nerviosismo empieza a apoderarse de los novios, a medida que se acerca la fecha tan esperada.

Mis padres, más calmados. Y yo más tranquila. La gente... ¿Por qué algunas personas se empeñan en ponerte nervioso?

Y mientras el sábado está a tiro de piedra, mi casa se llena de familiares y amigos que vienen a llenarse el estómago y vaciar el bolsillo. No creáis, no todas las visitas se hacen pesadas. Pero hay algunas que te obligan a cenar a las once y media de la noche.

Nunca hubiera pensado que una boda diera tanta hambre.

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