lunes, 18 de julio de 2011

La residencia Nazaria Ignacia

Tres monjas y 18 estudiantes (tres de ellas postulantes) viven en esta residencia para chicas indígenas que estudian en institutos y universidades de Jaén gracias a una beca retributiva o a la ayuda económica de algunas personas. Proceden de familias muy pobres, algunas con problemas graves, pero todas parecen irradiar un aura de felicidad que me resulta inusual.

Doña Tere es la cocinera, una mujer gordita y curiosa, que me pregunta sobre la comida española. Me gusta echarle una mano siempre que puedo y ella siempre me explica cómo se cocinan algunos platos peruanos. Cocina genial, me encanta la comida de aquí (desayunos a parte, pero eso ya es otro post).

La Hermana Nubia me lleva a ver las obras de la nueva capilla de la parroquia, junto a la actual, muy chiquita, que se llena cada domingo. Me presenta al Presidente de la parroquia, un hombre simpático con problemas de diabetes. La diabetes es una enfermedad que preocupa mucho a la gente de acá, cuando en España se medica uno y se cuida un poco y hace vida normal.

La casita tiene un huerto, donde hay varios árboles frutales: limones (limas en realidad), higos, papayas, mangos... ¡Y carambolas! Me encanta la carambola, tan rica, como un níspero ácido. Y si se cuece sale un refresco muy rico también. Lo que acá llaman berenjena es una especie de tomate de árbol que tiene textura como de papa pero forma de tomate. La hermana Hermelinda lo desayuna mezclado con piña porque reduce el colesterol.

Mi primera noche las estudiantes me atosigan a preguntas durante la cena: qué estudio, cómo es mi familia, dónde vivo... y me parece imposible aprenderme todos sus nombres. Me sé sólo uno: María Linda, porque me pongo a revisar un proyecto que está haciendo. Luego, todas dan gracias a Dios por mi llegada. Yo le agradezco más a Sonia, a su sobrina, a las hermanas de Lima, a Daniela y a Ana Pást.

3 comentarios:

Jorge Vistel dijo...

:)

Jorge Vistel dijo...

en realidad soy Ana

estrella de mar dijo...

jeje, te noto cambiada. ¿Tomas mucho el sol?