De vuelta a Toro, al mundo real, todo parece igual, pero ha cambiado. Parece mentira que dos meses pasen tan rápido y ocurran tantas cosas. O que, ahora, ponga la televisión y no sepa en qué canal emiten los programas que ya estaban en junio. ¿Qué le ha pasado a la tele, que está todo revuelto?
También cambia el grupo de amigos y, por eso, en dos meses la defensora a ultranza de la independencia de la mujer actúe como una casada. Y al revés: la casada se pasa a soltera y vuelve con fuerza. Me voy dos meses y los que se quedan siguen su vida. Y en esa vida yo no tenía espacio. Era una vida seguida por Facebook.
Cambia todo y cambio yo. Me han cambiado, espero que a mejor. Me cuesta explicarlo, porque aún está por digerir. Desde que llegué todo parece un poco loco; me sigo parando por la calle a saludar a gente, a ratos me siento ausente, por momentos me vuelvo triste, sonrío cuando miro las fotografías... pero por mucho que lo intente es difícil expresar con palabras todo el cariño que me han dado este tiempo.
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