sábado, 28 de junio de 2008

¿Qué sería de nosotros sin ese brillo en los ojos?

Todo empezó ayer en medio de la noche. Tres meses hacía que no pisaba Zamora y nada parecía haber cambiado. Tres meses... qué nervios, qué ganas de ver a todos. Y... ¿Cómo reaccionar?

A veces oyes los acordes de un pasodoble y te sube de no se sabe dónde un impulso que te hace agarrarte a quien tengas más cerca para bailar "agarraos". Es algo momentáneo, que depende del estado de ánimo personal y el de los que te rodean.

Por eso, igual que me arranqué a bailar "Que Viva España" en la Plaza Mayor, me quedé cortada y sin decir cuando llegaron los saludos. Dos besos, un "qué tal" (¿o no lo hubo?), quizás un "hombre" o un "tú por aquí"... no esperaban ver a la "italiana", como me han apodado últimamente -un adjetivo que, por cierto, llevo con resignación-.

No fue un momento perfecto ni ocurrió nada fuera de lo normal. Fue pasajero y fácilmente lo podría olvidar... si no fuera por ese brillo en los ojos. Sofía lo dice y yo tengo que creerlo, porque sus ojos azules saben descifrar lo que dicen los míos mucho mejor que yo misma. Su acento gallego dice que anoche me brillaban los ojos. Y no creo que el Ron tuviera la culpa.

2 comentarios:

Ana Pedrero dijo...

Pues tú te preguntas y tú te respondes: ...."fue pasajero y fácilmente lo podría olvidar.... si no fuese por ese brillo en los ojos".

Entonces, claro que fue especial.

Un beso de una que anda con los ojos opacos. ;)

Ana dijo...

Si el brillo de tu mirada ilumino la noche, es que tu corazón se alegro de volver!
Un beso!