jueves, 16 de abril de 2009



Llevaba un tiempo buscando a mi media naranja, pero sólo había saboreado el amargo de los pomelos.

Cuando por fin encontré a mi media naranja, con el tiempo acabó haciéndome zumo.

Así que ahora, tres años después, prefiero morder a mi manzana.

No dan acidez y saben igual de ricas.

4 comentarios:

Patricia Gardeu dijo...

A veces no hay nada mejor que las manzanas prohibidas

hatoros dijo...

QUÉ BUENO.PERO TÚ PUEDES HACER EL ZUMO SI ERES UN POCO MALA

Víctor L. Gómez dijo...

Ummm...

Guarismo dijo...

¿Y? Manzana, sí, pero ¿y la naranja hecha zumo?

Los buenos entendedores entenderán con pocas palabras. Los malos, como yo, sólo intuimos.

Te deseo lo mejor, en cualquier caso, con naranja o manzana. Ambas son frutos buenos...

Un abrazo,

Miguel