martes, 22 de abril de 2008

¿Qué quieres que te cuente?


El sábado soñé que se moría. Y me levanté asustada de lo que hacen los sueños con mi cabeza. No te mueras, ¿vale?... que yo lloraba mucho.

Pese al susto nocturno, el día del señor fue dominical en toda regla: mañana de playa, comida en una terracita de "la plaza del pueblo" (véase Sant Oronzo), tarde de mercadillo y noche de peli.

Y hoy he ido ha clase. A clases. 3 clases equivalen a 7 horas lectivas, ahí es nada. Pero hay algunos profesores que leen en mi frente el cartel, invisible para mi vista, que dice: "soy erasmus, puedes hacerme perder el tiempo" y se lo toman al pie de la letra. Así que una señora hoy no me ha atendido después de esperar 2 horas y media para hablar con ella porque "es tarde, estoy cansada y no me da tiempo a hacer la compra". Olé sus huevos.

Así que na, pa desquitarnos, grabamos un videoclip. La canción es secreta, pero tengo de directora a Violeta... prepárate, mundo!!

Me entretengo haciendo cosas, enterrando mis sentimientos en la arena del Adriático y sonriendo a la vida. Y, cuando no duermo, me va bastante bien.

2 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

La arena del Adriático debe de estar empetaita con tus sentimientos; no los ocultes, mejor harías repartiéndolos a los cuatro vientos, que de esos estamos escasos.
Muchos besos.

Guarismo dijo...

(Has cumplido enganchándome en tu bitácora. Muchas gracias).

Te veo de mejor humor, a pesar del sueño. Lo de los profesores (su caradura, su falta de respeto) es un mal universal, como bien sabrás. Hace treinta y muchos años hacían lo mismo, aunque comparando con lo que os sucede hoy a los jóvenes, tengo la impresión de que entonces nos trataban con más respeto, aunque no dejaban de ser muchos de ellos unos auténticos "cabrones" encumbrados en sus cátedras.

Pero lo de hoy -hablo por lo que me cuentan mis hijos y leo por aquí- es una tomadura de pelo, un insulto, con ese poder omnímodo que no hay quién discuta...

Un abrazo (... y paciencia).