martes, 11 de diciembre de 2007

Mi termostato

Suena el reloj del termostato del salón y recuerdo lo que escribí anoche cuando no me dormía y aún no te habías adueñado de mi sueño. Ladrón de sueños, te advierto, cuento con los dedos de mis manos los días que faltan aún, así que deja de invitarte a mis noches, que nuestra noche ya está cerca y estas diez que nos quedan las reservo para mí.



Sueño.
Y me despierto cada día
empapada en sudor, llena de vida.

El alba empieza a verse a través de mi ventana,
pero yo sólo quiero seguir soñándote.
Y mi mano que roza tu espalda
escondida entre las sábanas.

Dormir juntos,
aislados del mundo que nos rodea.
Cada momento es un mundo,
cada instante es especial.

Amanecer unidos en mi palacio de hielo,
cuando fuera del cuarto nieva o calienta la mañana.
Tu cuerpo y mi cuerpo
marcan la temperatura.

No hay frío,
no hay calor.
Sólo somos tú y yo,
el termostato de nuestras vidas.

2 comentarios:

Ana Pedrero dijo...

Te has salido, guapa. Ole por tí!!

Paula Granado dijo...

Ey marta q tal por las italias? jolin no sabia q tenias blog, en fin le visitare a menudo.
Un besazoooo